DESERTIFICACIÓN
La
desertificación es un proceso de degradación ecológica en el que el suelo
fértil y productivo pierde total o parcialmente el potencial de producción.
Esto sucede como resultado de la destrucción de su cubierta vegetal, de la
erosión del suelo y de la falta de agua; con frecuencia el ser humano favorece
e incrementa este proceso como consecuencia de actividades como el cultivo y el
pastoreo excesivos o la deforestación. Según datos del Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 35 % de la superficie de los
continentes puede considerarse como áreas desérticas. Dentro de estos
territorios sobreviven millones de personas en condiciones de persistente
sequía y escasez de alimentos. Entre muchas cosas se considera que la expansión
de estos desiertos se debe a acciones humanas.
Zonas
con desertificación
Madagascar:
es el país más erosionado del mundo. El 93 % del bosque tropical y el 66 % de
su selva lluviosa han sido talados.
África:
en países muy poblados y con pocos recursos, como los de la franja
subsahariana, se observa un incremento de las zonas desérticas. Naciones que
durante siglos habían sostenido sociedades prósperas, se encuentran ahora en el
límite de la subsistencia.
España:
es el país de la Unión Europea con un máximo índice de desertificación.
Italia:
es el país de la Unión Europea con un menor índice de desertificación.
Argentina:
la Patagonia argentina, región sur de su vasto territorio, se halla muy
afectada por este fenómeno en su parte central y en menor medida en su parte
costera, debido al sobrepastoreo, el aprovechamiento incorrecto de los recursos
hídricos y lacustres, y del espacio empleado para la agricultura, así como
también influye la explotación petrolera.
Túnez:
más de la mitad del país está cubierto por tierras desérticas, con el Sáhara al
sur, que avanzan hacia el norte.
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