PERDIDA DE SUELO
La degradación
del suelo o de las tierras es un proceso simple antrópico que afecta
negativamente la biofísica interna del suelo para soportar vida en un
ecosistema, incluyendo aceptar, almacenar y reciclar agua, materia orgánica y
nutrientes. Ocurre cuando el suelo pierde importantes propiedades como
consecuencia de una inadecuada utilización. Las amenazas naturales son
excluidas habitualmente como causas de la degradación del suelo; sin embargo las
actividades humanas pueden afectar indirectamente a fenómenos como inundaciones
o incendios forestales.
Erosión
acelerada: arrastre de materiales del suelo por diversos agentes como el agua y
el viento, lo cual genera la improductividad del suelo.
Salinización y
solidificación de los suelos: acumulación excesiva de sales solubles en la
parte donde se desarrollan las raíces de los cultivos.
Compactación: se
manifiesta con el aumento de la densidad aparente del suelo, en las capas
superficiales o profundas. Es el resultante del deterioro gradual de la materia
orgánica y la actividad biológica.
Contaminación
química: uso irracional de grandes cantidades de fertilizantes y sustancias
químicas para el control de plagas y enfermedades, por encima de los niveles
requeridos producen la contaminación química de los suelos.
Pérdida de
nutrientes: empobrecimiento gradual o acelerado del suelo por sobreexplotación
o monocultivo, lo que trae como consecuencia la baja fertilidad y productividad
de los suelos.
Conflicto de
usos: las tierras agrícolas se pierden o transforman en tierras para la
urbanización.
Causas
La degradación
del suelo es un problema para las personas, en gran medida vinculado a las
actividades agropecuarias, aunque también hay otras actividades humanas que
pueden causarla. Las causas principales son:
Movimiento,
despeje y desbrozado de tierras, incluyendo la tala de árboles y deforestación.
El agotamiento
de los nutrientes del suelo por malas prácticas agrícolas, como un mal uso de
la rotación de cultivos
Ganadería,
incluyendo el sobre pastoreo.
Riego y
sobreexplotación de recursos hídricos.
La expansión
urbanística y el desarrollo comercial.
Contaminación
del suelo, incluyendo la debida a residuos.
Circulación de
vehículos off-road, es decir, fuera de los caminos y carreteras autorizados.
Actividad
minera, incluyendo la extracción de materiales, como piedra, arena y minerales.
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